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Esos enormes bosques de cemento y acero, llamados ciudades, constituyen un verdadero refugio para un gran número de especies de aves. Entre éstas, podríamos diferenciar entre las aves urbanas consideradas "de siempre" y aquellas que se han amoldado desde no hace mucho al frenético ritmo de vida que se respira en las urbes. La especie más típica, común y conocida es sin duda el Gorrión común (Passer domesticus), un pájaro ampliamente repartido por los pueblos y ciudades de toda Europa, aunque cada vez menos. Su abundancia data ya del siglo XVIII, cuando en algunas ciudades europeas los ciudadanos tenían por decreto la obligación de eliminar a estos paséridos, que causaban auténticos estragos en las cosechas de grano. Otras especies por el contrario, son relativamente recientes en las poblaciones.

Algunas aves buscan la cercanía del hombre principalmente por dos motivos: por un lado buscan refugio y protección frente a las especies depredadoras naturales; y por otro, la obtención de alimento es sencilla y está asegurado durante todo el año. Se ha comprobado que las parejas que viven en las ciudades nidifican más y mejor que aquéllas que lo hacen en el campo, todo esto motivado, básicamente, por unas temperaturas más benignas, una mayor oferta de alimento y sobre todo por un menor índice de depredación sufrido. Podemos elaborar un largo listado con las especies que podemos encontrarnos en el interior de los pueblos y ciudades, algunas de ellas hasta hace relativamente poco tiempo eran puramente silvestres. Veamos a continuación algunas de las especies urbanas más comunes, indicando sus lugares más típicos de nidificación:

  • Paloma cimarrona (forma doméstica de Columba livia): cría en las oquedades de tejados, fachadas y desvanes.

  • Avión común (Delichon urbicum): construye su típico nido de barro en forma de cuarto de esfera en los exteriores de los edificios, bajo los aleros.

  • Golondrina común (Hirundo rustica): nidifica en los exteriores e interiores de los establos, graneros y edificios (normalmente ruinosos o abandonados), en nidos de barro parecidos a los del Avión común, aunque no están cerrados hasta arriba.

  • Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros): oquedades e interiores de los edificios.

  • Estornino negro (Sturnus unicolor): oculta el nido bajo las tejas y en los huecos de las paredes (a veces también en los árboles).

  • Gorrión molinero (Passer montanus): nidifica en oquedades de paredes y muros. Este gorrión no es tan sociable como su pariente común, por lo que prefiere anidar en las periferias de las poblaciones.

  • Mirlo común (Turdus merula): arbustos de parques y jardines. También en edificios.

  • Zorzal común (Turdus philomelos): árboles y arbustos de parques y jardines.

  • Jilguero europeo (Carduelis carduelis), Verderón común (Carduelis chloris) y Serín verdecillo (Serinus serinus): árboles y arbustos de los parques y jardines.

  • Cigüeña blanca (Ciconia ciconia): típicos e inconfundibles son sus voluminosos nidos ubicados en las torres de las iglesias, en grandes edificios o en los árboles.

  • Grajilla occidental (Corvus monedula): huéspedes, cada vez menos habituales, de las torres y tejados de las iglesias.

  • Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus): tejados de los edificios, así como oquedades. Asimismo, algunas parejas nidifican en los árboles y en las torres metálicas del tendido eléctrico.

  • Lechuza común (Tyto alba): desvanes y viejas construcciones.

Todas las especies mencionadas son nidificantes más o menos habituales en los pueblos y ciudades. La distribución de las especies no se halla igualmente repartida, aunque las hay que están presentes en la mayoría de las poblaciones.

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