Algunos conceptos
referidos al plumaje:
Proyección primaria
Franja alar
Franja terminal
Franja diagonal
Marcas caudales Tipos de muda:
- Muda completa
- Muda parcial
- pérdida de márgenes
Tipos de
plumajes:
- Estival
- Invernal
- Eclipse
- Juvenil
- Subadulto
- Inmaduro
- Primer invierno
- Primer verano
- 2º invierno (y sucesivos)
Tipos de plumas
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Las
plumas son productos tegumentarios córneos, al igual que las escamas de los
reptiles, que están formadas por
queratina. Las plumas no tienen una disposición
homogénea en el cuerpo del ave, sino que se implantan
siguiendo determinadas áreas y líneas (pterilios) que
dejan espacios desprovistos de ellas (apterios); estas
zonas últimas no se ven, pues además de ser muy
pequeñas están cubiertas. Una pluma empieza en el cálamo (cañón), que es
la base hueca que se inserta en la
piel; el cálamo da paso al raquis, tallo central y flexible, del que salen a ambos lados las barbas
laterales, que se mantienen juntas mediante barbillas
(bárbulas) dotadas de minúsculos ganchos (barbicelos). El plumaje de una ave está
sometido a un continuo desgaste, que obliga a una regular
regeneración del mismo. Este proceso de renovación de
las plumas se denomina "muda", y como norma
general se realiza una vez por temporada. Pero el
recambio del plumaje no es igual en todas las especies.
En los pequeños paseriformes este proceso suele
realizarse tras
la conclusión del periodo de cría, a finales de verano y durante el
otoño; en algunas especies se puede realizar una
muda parcial de las plumas de contorno a comienzos del
verano; las especies migradoras realizan la muda en sus
cuarteles de verano, antes de la partida (para no hacer
coincidentes los desgastes energéticos del viaje y de la
muda). El caso de las grandes aves (rapaces o cigüeñas,
por ejemplo) es diferente, pues el proceso de muda se
realiza prácticamente durante todo el año. Una pluma
crece a un ritmo diario de 5-10 mm., por lo que una
rémige puede tardar varias semanas en regenerarse, si
tenemos en cuenta que muchas especies necesitan de su
plumaje completo para estar en óptimas condiciones (de
caza en el caso de las aves de presa), la lógica parece
indicar que esta muda ha de realizarse de forma
progresiva. Hay un tercer grupo, al que pertenecen
algunas especies acuáticas (gansos, patos, gallinetas),
que reemplazan todas las remeras a la vez, perdiendo
durante unas semanas la capacidad de volar. Los machos de
los patos, para paliar este inconveniente, mudan durante
el verano al plumaje de eclipse, pues la discreción del
plumaje les permite pasar mucho más fácilmente
desapercibidos que el brillante y colorido plumaje
nupcial, que lo muestran durante el invierno (periodo en
el que se realiza el celo) y primavera.
Los tipos de plumas de un
ave pueden dividirse en:
Las plumas en su conjunto
ofrecen bellos y variados matices. No todos los colores
dependen de la pigmentación de la pluma misma, sino que
los hay que dependen de los efectos de la luz sobre la
superficie, la cual está surcada por finísimas rayas en
relieve; a esto se deben los tonos azules, morados y
verdes. Por lo general, el plumaje de los machos es más
vivo y llamativo que en las hembras, dotación que juega un papel
fundamental durante el periodo de celo ya que de ese modo consiguen un
mayor poder de atracción sobre éstas. Pero el colorido
no sólo tiene un fin ornamental sino también mimético, de este modo las especies que habitan espacios abiertos suelen tener
un plumaje que les camufla con el medio; en cambio, las
aves que viven en los bosques suelen tener el colorido
más vivo y llamativo pues esto no les supone perjuicio ya que viven ocultos entre la fronda.
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