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PICO PICAPINOS (Dendrocopos major)

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Nombre común:
Pico Picapinos

Nombre científico:
Dendrocopos major

Orden:
Piciformes

Familia:
Picidae

Longitud:
21-23 cm.

Envergadura:
43 cm.

Iris:
Æ 5 mm.; castaño o rojo

Estatus:
Residente

 

Características:

El macho se distingue por tener las partes superiores negras, con la frente de color canela y mancha roja en la nuca; las mejillas, al igual que los lados del cuello y región escapular son blancos; las partes inferiores son parduscas, con el abdomen y las infracoberteras caudales rojos; alas negras y listadas de blanco; las réctrices centrales de la cola son negras y las laterales blancas listadas transversalmente de negro. La hembra es como el macho, pero sin mancha roja en la cabeza. Los jóvenes tienen el píleo carmesí.

Hábitat:

Este "carpintero" necesita de una presencia más o menos importante de árboles en sus áreas de asentamiento. Así pues, es un ave común en zonas arbóreas de todo tipo, sintiendo una especial predilección por especies caducifolias. Fuera de choperas y sotos fluviales se le observa en pinares, huertas, campo abierto poblado de matorral y arbolado disperso, jarales.

Costumbres:

El Pico Picapinos es un ave de carácter solitario que pasa casi todo el día en los árboles, trepando por troncos y ramas en busca de larvas, gusanos e insectos que se ocultan bajo la corteza, y que captura valiéndose de su larga y pegajosa lengua; asimismo come piñones, bellotas y fruta. A veces busca alimento en el suelo. Prácticamente pasaría desapercibido entre el ramaje de no ser por la voz monosilábica que emite con frecuencia y cuya transcripción sería como un "yeck". Cuando trepa suele hacerlo en espiral, apoyando su cola en el tronco de la que se ayuda en el movimiento vertical. En vuelo describe una marcada pauta ondulada.

Nidificación:

A partir de la segunda quincena de marzo, pero con mayor insistencia durante todo el mes de abril y mayo, comienza el Pico Picapinos a dejarse oír con el característico tamborileo que realiza golpeando el pico súbita y reiteradamente contra el tronco o la rama de un árbol (casi siempre chopo y preferiblemente seco, aunque también utiliza postes de madera del tendido eléctrico y telefónico). Cada tamborileo tiene una duración media de ½ segundo y, en contra de lo que pueda parecer, éste no se corresponde con el barrenado del tronco de un árbol para la construcción del nido sino con el preámbulo del ciclo reproductor. Efectivamente, este efecto puramente sonoro tiene el objeto de atraer a un individuo de sexo contrario, y no me refiero a una hembra (como sucede con el canto de los machos paseriformes, por ejemplo) pues macho y hembra tamborilean por igual. El cortejo se completa en el aire con exhibiciones de vuelo. En el momento que la pareja queda formalizada se dedican a la búsqueda de un árbol propicio para la construcción del nido (elige árboles enfermos, que muy a menudo ya han sido utilizados en años anteriores). Con sus potentes picos ambos individuos perforan una galería de entrada más o menos circular que gira hacia abajo terminando en la cámara incubatoria, que es donde la hembra deposita entre 4 y 6 huevos de color blanco (es lo que se considera una puesta normal). Se pueden encontrar nidos de Pico Picapinos a cualquier altura del tronco. Con frecuencia se observan varios nidos en un mismo árbol, a veces pertenecientes a especies diferentes como el Pico Picapinos y el Pito Real Picus viridis (se distinguen muy fácilmente, pues el orificio de entrada del nido de Picapinos es sensiblemente más pequeño que el de su pariente, unos 4,5 cm. de diámetro frente a 6,5 cm.; y generalmente el Pito Real le coloca a mayor altura). Los nidos de Pico Picapinos, como los de todos los pícidos en general, pueden ser reutilizados en temporadas futuras por especies tan dispares como pueden ser torcecuellos (Jynx torquilla), trepadores azules (Sitta europaea) o estorninos negros (Sturnus unicolor), entre otros.

Las primeras puestas se registran en el mes de mayo (raramente a finales de abril), si bien durante el mes de junio aún es posible encontrar nidos con huevos que se corresponden con puestas tardías o de reposición. La incubación, que aunque es compartida por ambos miembros de la pareja, corre a cargo en su mayoría por la hembra. Dura unos 12-13 días, y los polluelos deben permanecer en el nido por espacio de otros 18-21 días más antes de poder abandonarlo. La mayoría de los jóvenes comienzan a verse a lo largo del mes de junio acompañados de sus progenitores, quienes les alimentan durante varios días en los árboles colindantes al nido, hasta que un día se deshace el grupo familiar para cada uno seguir su camino de forma independiente.

Movimientos migratorios:

Se trata de una especie anual y sedentaria en sus áreas de cría.